Los dueños de la tierra nuevamente nos cierran las puertas de la vida y la esperanza... De sur a norte viajan, de oriente a occiente llegan, los viajeros que dejaron casa, padres, hijos, tierras... Un futuro mejor buscan lejos de la patria querida. Buscando una nueva vida y el pan y la paz y la dicha. Hoy, una vez más son echados, -como delincuentes son tratados-. Ya se olvidaron los dueños que en el origen todos migraron. ¿Qué nos queda a nosotros? Si peregrinos somos y extranjeros, y en esta vida andamos errantes, y es nuestro consuelo el sueño de la Patria del Cielo. Las fronteras los terratenientes las inventaron, para controlar a los pobres dentro de ellas; para tener esclavos que trabajen y una mejor vida les mantengan. Qué más quiere el opresor si te quita hasta tu tierra y ni para morir te deja un puñado de arena. Mi claustro es el mundo, -como nos lo dijera el seráfico-, mis hermanos todos los humanos, mi padre es el Padre de todos. No existe la raza pura, ni la cultura ni la...
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