Que buen pretexto para vender más. Se Acabó la Navidad pero ya tenemos las fiestas de Cupido, san Valentín, el día del cariño, del amor y de la amistad… Es interesante que nuestro mundo necesita pequeños impulsos en la economía para poder funcionar. Si en realidad fuera la fiesta de la natividad del Señor, el día de respeto a la dignidad de la persona, del día de la madre, del padre, del niño y no tuviésemos que regalar nada, más que un verdadero abrazo y un afectuoso beso… si en realidad no sólo fuese un día comercial, sino una meditación profunda de las grandes cosas que nos dan vida, a saber si alguien celebraría algo. El engañoso consumismo nos envuelve y nos hace creer que comprando demostramos amor. Pero lo que no nos dice es que con eso algunos (dueños) se hacen ricos, nosotros (compradores) nos empobrecemos, los regalos pasan a la historia… pero ¿puedo encerrar el amor en un obsequio? ¿Puedo comprar el amor? Tememos tiempo para meditar sobre los signos del amor v...