Publicado por Enrique Nuñez | 0 comentarios

La Cuaresma también implica el ayuno mediático o de las críticas



La Cuaresma también implica el ayuno mediático o de las críticas

Autor: Zenit.org

El ayuno hoy día no es sólo no comer ni beber. El presidente del Instituto Pontificio Litúrgico, el padre Juan Javier Flores Arcas, osb, cuenta a Zenit que hay otros tipos de ayuno: de radio, televisión, teléfono, o de las críticas a los demás.

«Como Cristo y con Cristo, así debe ser nuestra Cuaresma», afirma en esta entrevista este benedictino en la que explica cómo nació
la Cuaresma y qué sentido tiene.

--¿Qué significa «Cuaresma» y cuál es su significado?

Padre Flores: Ciertamente son los cuarenta días que nos separan de
la Pascua, es decir del triduo pascual de la pasión, muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo. Como el triduo comienza ya la tarde del Jueves Santo con la Celebración de la Cena del Señor, la Cuaresma dura hasta ese momento. Es decir, son más de cuarenta días, en concreto 46, pero no se cuentan los domingos que mantienen su carácter pascual, incluso dentro del tiempo Cuaresmal, el cual tiene un marcado acento penitencial y catecumenal.

La Cuaresma se pensó e ideó en respuesta a los penitentes que hacían penitencia pública y necesitaban estos cuarenta días penitenciales; a su vez se crea pensando en los catecúmenos que van a recibir los sacramentos de la iniciación cristiana en la noche santa de Pascua y que a lo largo de cuarenta días desarrollan la última etapa de su camino catecumenal.

¿En que se diferencia
la Cuaresma de hoy de la de antes del Concilio Vaticano II?

Padre Flores: Fundamentalmente es la misma Cuaresma, con las mismas ideas aunque con la publicación de los nuevos libros litúrgicos y las nuevas situaciones pastorales ha cobrado más vida la preparación de los candidatos a recibir el bautismo, la confirmación y
la Eucaristía en la noche de Pascua. El primer domingo de Cuaresma ellos harán el rito de la inscripción del nombre y durante los domingos tercero, cuarto y quinto harán los escrutinios, los exorcismos y las entregas del Padre Nuestro y del Credo, como medio de preparación intensa e inmediata a la recepción de los sacramentos pascuales.

Pensando en los catecúmenos hoy los libros litúrgicos hablan de
la Cuaresma como un tiempo de iluminación y purificación. Y lo que se dice de los catecúmenos se aplica a todos los cristianos que deben dejarse iluminar por la Palabra de Dios, tan abundante y rica a lo largo de Cuaresma, y deben purificarse interiormente para llegar a la Santa Pascua y renovarse en su totalidad.

Se habla de ayuno y abstinencia. ¿No cree que hoy hay otros ayunos más necesarios, como el ayuno de ver la tele o el ayuno del teléfono?

Padre Flores: Las prácticas tradicionales de
la Cuaresma de las que habla la liturgia del Miércoles de Ceniza son el ayuno, la oración y las limosnas. Por supuesto que no han perdido nada de su actualidad.

Pero hay muchos más ayunos que los que
la Iglesia nos pide para el Miércoles de Ceniza o el Viernes Santo; debe ayunar el miembro que más peca y cada uno sabrá qué ayuno le viene mejor y debe practicar más: el ayuno mediático, prescindiendo de todo lo que es superfluo en la vida de cristiano; es superfluo el uso indiscriminado del teléfono, de la televisión, del ordenador, de Internet.

Ayuno de aquello que puede hacer daño en nuestras conversaciones y que puede herir al hermano. Ayunar de las faltas de caridad y de delicadeza. Ayunar de las críticas continuas a los demás. Ayunar de la falsedad y la mentira. Ayunar del propio egoísmo. Que ayune el ojo que pecó, la boca que habló mal, la mano que actuó peor, el pie que se movió por el mal camino, el corazón que pecó.

La limosna tiene pleno sentido, pero no sólo dando dinero sino dándonos a nosotros mismos y superando el egoísmo y el pasar totalmente de los que están a nuestro lado.

La oración más que nunca en Cuaresma está llena de sentimientos de perdón y de reconciliación, por tanto será una oración penitencial, que se inspira en la infinita misericordia de un Dios que siempre persona a quien a El se acerca con humildad.

¿De qué manera
la Cuaresma acerca más al creyente a la persona de Jesús?

Padre Flores:
La Cuaresma nos acerca al Cristo tentado en el desierto, al Cristo que se enfrenta con sus persecutorias, que se encamina a Jerusalén a sufrir su propia pascua; que toma su Cruz y la lleva por las calles de Jerusalén; también al Cristo del Tabor y por supuesto al Cristo de Getsemaní.
De ahí que siguiendo las huellas de Cristo los cristianos se enfrenten a los problemas del hombre de hoy, los desiertos humanos, las infinitas hambres de nuestra humanidad, los «getsemanís» de los países en guerra y en conflicto, las cruces de los hombres que sufren en cualquier parte del mundo.

Como Cristo y con Cristo, así debe ser nuestra Cuaresma. Con el hombre y por el hombre a través de Cristo. Hay que salvar al hombre con esa salvación integral de la que habla el Papa Benedicto en su mensaje de
la Cuaresma 2006, una salvación integral a la que nos conduce precisamente la Cuaresma teniendo en cuenta la victoria de Cristo sobre el mal que oprime al hombre.

Tomado de
Catholic.net

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