¡Ave María! Gratia plena, Dominus tecum. Benedicta tu in mulieribus... Es el saludo del Arcángel Gabriel a nuestra Madre. Y he aquí que la doncella concebirá a un niño, y le llamarán Emmanuel, que significa Dios con nosotros... Pues es tan cierto que la Ella dijo que si, que si de no haber dicho, la historia de la salvación sería otra. En este tiempo de cuaresma, como consagrados debemos, al igual que María, decir que, sí. Un sí, que sea constantemente recordado, un sí firme a pesar de nuestra debilidades, un sí confiado a pesar de nuestra falta de fe. Un sí esperanzado a pesar que a veces nos vemos envueltos y condicionados por la incertidumbre. Un si amoroso a pesar de coexistir con el egoísmo que empaña nuestra visión de la realidad.
Nunca una persona que le dice al Señor, fiat mihi secundum verbum tuum... queda defraudado, nunca. Es cierto que cuando no apartamos de la voluntad de Dios, es en ese momento más contrariedades se dan. Así pues, acerquémonos a Dios y digámosle siempre... fiat mihi secundum verbum tuum...
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