Partiendo de la idea de que el seguimiento de Jesús tiene repercusiones en todos los ámbitos de nuestra vida, quisiera ir un poco más allá de las ideas.
Recordemos la intervención de Dios LIBERANDO a las tribus de Israel. Bueno, llevarse a los esclavos del faraón fue una cuestión muy seria.
No olvidemos que Dios irrumpió en nuestra Historia, en un Lugar y Tiempo determinado. Y el Verbo se hizo carne. Con Jesús, es cuando nos damos cuenta de que el plan de Dios va más allá de las simples prácticas cultuales. Vayamos a la lectura del programa de Jesús: "Yo he venido para..." que leemos en Lucas 4, 16-ss. Optar por los pobres, los encarcelados, los ciegos, los pobres... no es un tema que separe la Fe de la Vida.
Por otro lado, dar de comer a las multitudes (gratis y sin darles empleo) tiene algunas repercusiones, tantas que quieren hacerlo rey.
Sanar a los enfermos, en sábado, juntarse con los marginados e impuros por sus enfermedades y trabajos públicos, ¿no son acaso cuestiones que repercuten en quien las hace y en quienes reciben esta cercanía?
Puede uno pasar haciendo el Bien, TODA SU VIDA, sin cambiar la vida de cuantos con él o ella se relacionen.
¿Cuánto lograríamos hacer o transformar si al igual que Jesús nosotros pasáramos TODA NUESTRA VIDA HACIENDO EL BIEN...?
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