Publicado por Enrique Nuñez | 0 comentarios

PRIMADO DE CRISTO, ABSOLUTO E UNIVERSAL

Guatemala, octubre de 2010

PRIMADO DE CRISTO, ABSOLUTO E UNIVERSAL



Desde siempre hemos pensado según la teología anselmiana del “Cur deus homo” (= por qué Dios se ha hecho hombre) cuyos 4 postulados son los siguientes:



1. Fue necesario redimir al hombre que había pecado

2. Tenía que ser redimido por satisfacción de condigno (=adecuada a Dios)

3. La satisfacción podía ser realizada sólo por un Dios-hombre

4. El medio más adecuado era la pasión y muerte de Jesucristo



Sin embargo, fray Juan Duns Escoto (fraile menor de Escocia, Beato del 1300) sostuvo que es absurdo el que la realidad más grande de la humanidad y de la historia, que es la existencia de Jesucristo, haya sido originada por algo accidental y negativo como es el pecado.


Las siguientes páginas quieren ilustrar esta nueva visión de la encarnación; lo cual abre la puerta a una nueva teología y a una nueva espiritualidad (que, personalmente, creo muy útiles para afrontar la exigencia de un nuevo paradigma religioso que se impone en esta época posmoderna).



La doctrina del Primado de Cristo constituye el centro y la esencia misma del misterio de la salvación. Duns Escoto rechaza el principio platónico del “bien difusivo de sí” en aras de la libertad absoluta de Dios. La historia de la salvación no se entiende si no vemos en ella la actuación concreta del amor-libertad de Dios. El amor libre de Dios es el principio de cada cosa; es la explicación última del orden de la salvación que comprende naturaleza y gracia. Dios quiso comunicar su vida a otras criaturas fuera de sí,y a las criaturas racionales para que llegaran a ser partícipes de la divina naturaleza.


LA PREDESTINACION

Es una de las palabras-clave para entender el Primado de Cristo.

Es la pre-ordenacion de Cristo a la gloria. Es gratuita y procede del amor libérrimo de Dios.


Cristo es el primer predestinado; en Él, por Él y para Él, todas las demás criaturas. Dios quiere ordenadísimamente. Por lo tanto, primero predestina a aquél que está más cerca del fin, Cristo, siendo ya “criatura partícipe de la divina naturaleza”. Si es gratuita la predestinación, no depende de nada fuera de Dios, mucho menos del pecado. Todo ha ocurrido independientemente del pecado; aunque, en el orden concreto de la encarnación en tiempo y espacio, no se desentendió del pecado y nos ha liberado de su dominio. De toda manera, El se hubiese encarnado aunque el ser humano no hubiese pecado.

“El que es primero es arquetipo”, era un principio admitido entre los teólogos. Dios quiso a Cristo como arquetipo, fuente y término de referencia y mediador de todo predestinado. El orden natural es en vistas del orden sobrenatural, ambos tienen su principio y su fin en Jesucristo. El universo y el ser humano son queridos en función de Cristo, no viceversa, porque Él es el amante perfecto.

La predestinación es acto y fruto del amor gratuito de Dios. Quiere introducir a todas las criaturas en la Santísima Trinidad por medio de Cristo.

En el principio era el amor “ordenate volens” (=que ama de manera ordenada). El amor, para Duns Escoto es sinónimo de libertad y voluntad, en el contexto de la verdad.

Dios es el fin de todo, también de la creación y de la predestinación. Por lo tanto, el producto más sublime del amor de Dios ad extra ha de ser un amante excelso, capaz de amar a Dios perfectamente como respuesta perfecta al amor creador.


El amor es el valor sumo y fundamental tanto de la actividad de Dios como de la criatura racional.

Toda la vida de Cristo es respuesta de amor al amor creador (…”hagase, señor, tu voluntad”!

La historia de la salvación es historia sagrada, o sea: expresión de la libertad divina que acompaña amorosamente a su criatura-pueblo.

No existen dos órdenes de salvación: uno, antes del pecado y otro, después del pecado. Un solo orden. Pablo VI dirá: “la línea de la creación es la misma de la salvación”.

El primado de Cristo se sitúa al interior de la misma densidad ontológica de todas las realidades creadas (vestigio, huellas, imagen) y en el valor salvífico que Dios produce en ellas (todo es lugar teológico).


RESUMIENDO LA DOCTRINA DEL PRIMADO (Duns Escoto)

1) Dios es amor in-condicional, originario, libérrimo y

ordenado.


2) Queriendo pre-destinar a seres humanos a ser participes de su divina naturaleza (= co-amadores),

3) Pre-destinó primero al que es más cerca del fin (= El hombre Cristo, quien es ya partícipe de la divina naturaleza).


4) En Él, por Él, y para Él pre-destinó a todos los seres humanos (Cristo es salvador, salud-dador a nivel fontal) y las demás criaturas.

5) Previendo la caída de los seres humanos pre-destinó a Cristo también como redentor (a partir de su plenitud de amor fontal).

6) La encarnación de Cristo es la obra suma de Dios ad extra.


Nota: consecuencia importante para la teología es que la cruz ya no es el fin de la encarnación, como se entiende comúnmente, sino la expresión suprema de amor del sumo amante, Cristo, por cuyo amor todos hemos sido llenados de “vida en abundancia”(= salvados del pecado).


Nota: otra cosa muy importante es que también Santo Tomás creía posible la tesis del Primado de Cristo (ya se hablaba de esta doctrina), sin embargo prefirió la doctrina según la cual Cristo vino por el pecado, porque más acorde con la Escritura y la piedad del pueblo cristiano. Lo mismo pensaba San Buenaventura.

El pecado no es ruptura total: permanece siempre la orientación sobrenatural en Cristo. Y Cristo, según la voluntad predestinante de Dios, es inconmovible fundamento de la divinización (los Padres Latinos la llaman adopción) desde el inicio de las obras de Dios. Ninguna criatura puede hacer ineficaz o reversible el plan divino. ¡Dios es fiel!

La voluntad moralísima de Dios (=se mueve por amor y verdad) ama y decide únicamente como donación.

En Él existe una ratio (causa interna) para crear, no un motivo (causa externa).

El presupuesto de la encarnación no es el pecado, la redención, sino el amor libre de Dios. Y el efecto es la elección sobrenatural de los co-amadores, su divinización en Cristo.

La encarnación entonces no es para la reparación de un acto pecaminoso (con un sacrificio expiatorio) sino: la orientación total y originaria de la humanidad entera hacia la divinización. Y la redención no es el apaciguamiento de un Dios enojado, intransigente sino la expresión máxima de amor, de la humanidad en Cristo, que acoge, según su máxima posibilidad, el perdón originario y total de Dios (el hijo de la parábola del hijo pródigo, acogido por el padre que no exige ni siquiera una explicación por el pecado, lo simboliza).

La encarnación no es la superación de una deficiencia de orden moral sino la elevación sobrenatural y la superación divina de la deficiencia metafísica del ser humano, por lo cual: de pura criatura ha sido hecha partícipe de la divina naturaleza en Cristo (el cual ya era así por tener las dos naturalezas), pasando a ser para la humanidad origen, camino y término de la transformación humana. Para Escoto, pues, la redención está enmarcada dentro del gran cuadro de la encarnación. Esta es uno de sus momentos. (J.P.II: “La redención es una parte importante de la salvación”).

En esta diferente perspectiva: la superación de la

deficiencia moral o la superación de la deficiencia metafisica de la creatura, es donde las dos concepciones (anselmiana y escotista) evidencian su diversidad profunda.

En la liberación del pecado, se aplica la función divinizadora de la encarnación (parábola del doctor y la familia amiga). Del amor infinito de Cristo se origina todo beneficio.

Todo lo que ocurre en la vida de Cristo es la encarnación en su devenir , en su desarrollo histórico en vistas a alcanzar el ésjaton, la resurrección. En este sentido, la Misa transmite la fuerza originaria y transformante del amor de Dios en Cristo.

Nota: el gran avance teológico de Duns Escoto fue ubicar la relación con Cristo en la dimensión ontológica más que en la dimensión moral.

Nota: Escoto no se detuvo a esclarecer el concepto de redención. Yo me atrevo a decir algo. La redención consistió en un enriquecimiento cualitativo de la naturaleza humana por el amor heroico de su “fuente-arbol” expresado en la cruz. En adelante, la humanidad volverá a ser capacitada a acoger en medida total el amor de Dios; ese amor que, por definición, es vida en abundancia.

El amor de Cristo es manantial, norma y vida de todos los demás amores. Es su arquetipo, motivo y fin. Es el paradigma de toda otra respuesta de amor.

Cristo, cual primer predestinado, es primero en todo orden y bajo todo aspecto.


RECORDEMOS: la predestinación es un acto libre, gratuito de Dios; procede de su iniciativa soberana y es manifestación sobrenatural de su bondad que quiere comunicarse.

Expresión perfecta de esta comunicación es Jesucristo ( y nosotros en Él, por Él y para Él). Jesucristo, en la cruz, es respuesta excelsa al amor de Dios más que reparación “de condigno”(=adecuada), lo que se ha puesto en primer plano en la visión anselmiana, tradicional.

Queda así descartado todo antropologismo y amartiocentrismo (=pecado centrismo), pues todo, de principio a fin, depende del amor libre y originario de Dios, y de la respuesta excelsa de Jesucristo. Nuestras respuestas de amor tendrán fuerza en Cristo.

Cristo es la razón tanto del “exitus a deo” (salida de Dios) cuanto del “reditus ad Deum” (retorno a Dios).


ALGUNOS TESTIMONIOS

En la Sagrada Escritura hay un hecho indiscutible:

el punto terminal, es decir el fin del plan de salvacion, en concreto, es la vida eterna con Cristo. Ahora, el fin determina el existir y el obrar de todas las demás causas intermedias.


La teología de San Juan y de San Pablo es plenamente cristocéntrica. Las citas más explícitas: EF. 1, 3-10; COL.1, 15-20).

En 1600, cierto teólogo, llamado Thomassin, dijo que las afirmaciones de Duns Escoto eran sustancialmente blasfemas, y se encargó, con la complacencia de muchos, de hacer circular esta opinión entre los eclesiásticos, hasta nuestros días; sin embargo, en los últimos 50 años, mucho ha empezado a cambiar. Hay que enfatizar que, a pesar de todo, la teología escotista ha sido considerada siempre legítima en la Iglesia, a lo largo de todos los siglos.

Ya Pablo VI había exhortado a un grupo de seminaristas estudiantes de teología que estudiaran la teología de Duns Escoto. Y fue buen profeta, porque unos años después, el 20 de marzo del 1993, el Papa Juan Pablo II reconoció el culto que se le ha dado por el pueblo cristiano por todos los 700 años que nos separan de su muerte (1308); lo beatificó, llamándolo cantor del Verbo Encarnado y defensor de la Inmaculada Concepción.

En 2002, a la comisión escotista ( que fue a llevarle el VIII volumen de la edición crítica de Duns Escoto), dijo: “Duns Escoto, con su esplendida doctrina sobre el Primado de Cristo, sobre la Inmaculada Concepción…sigue siendo aun hoy un pilar de la teología católica, un maestro original y rico en impulsos y estímulos para un conocimiento cada vez más completo de las verdades de la fe”.De este rico depósito teológico, pueden sacarse respuestas adecuadas también a las dramáticas interrogantes de la humanidad en este inicio del III milenio cristiano” (2001). BENEDICTO XVI, el 7 de julio de este año 2010, dedicó la audiencia general del miércoles (es como decir: ante todo el mundo) a Duns Escoto, y entre tantas cosas, dijo: “Duns Escoto meditó sobre el misterio de la encarnación y, a diferencia de muchos pensadores cristianos del tiempo, sostuvo que el Hijo de Dios se habría hecho hombre aunque la humanidad no hubiese pecado”. “Afirma en la REPORTATA PARISIENSIA (prosigue el Papa): “pensar que Dios habría renunciado a esa obra si Adán no hubiera pecado sería completamente irrazonable. Por tanto, digo que la caída no fue la causa de la predestinación de Cristo, y que –aunque nadie hubiese caído, ni el ángel ni el hombre- en esta hipótesis Cristo habría estado de todos modos predestinado de la misma manera” (en III SENT., d. 7,4).Este pensamiento (prosigue el Papa; es una cita larga pero vale la pena reproducirla) quizá algo sorprendente, nace porque para Duns Escoto la encarnación del Hijo de Dios, proyectada desde la eternidad por Dios Padre en su designio de amor, es el cumplimiento de la creación, y hace posible a toda criatura, en Cristo y por medio de Él, ser colmada de gracia, y alabar y dar gloria a Dios en la eternidad. Duns Escoto, aun consciente de que en realidad, a causa del pecado original, Cristo nos redimió con su pasión, muerte y resurrección, confirma que la encarnación es la obra mayor y más bella de toda la historia de la salvación, y que no está condicionada por ningún hecho contingente, sino que es la idea original de Dios de unir finalmente toda la creación consigo mismo en la persona y en la carne del Hijo”. Concluye el Papa: “Queridos hermanos y hermanas, esta visión teológica, fuertemente cristocéntrica, nos abre a la contemplación, al estupor y a la gratitud, pues, Cristo es el centro de la historia y del cosmos, es quien da sentido, dignidad y valor a nuestra vida”.

El cardenal Martini, obispo emérito de Milán y “papable”, en 1994 escribió un libro sobre la pasión. Allí se pregunta: “¿por qué se derramó esta sangre? la muerte y la pasión del Hijo de Dios ¿eran realmente necesarias tras la encarnación? Sobre este punto los teólogos están divididos. La pasión ¿no está quizá, como decían los escotistas, subordinadas al fin principal, la encarnación, que es la glorificación del Padre a través del Hijo Jesús? Si rechazamos esta teoría y ponemos en cambio la pasión y la muerte en el centro, como término de la obra de Dios, deriva otro problema: el pecado sería una contribución necesaria a la obra de Dios, porque no hay muerte de Jesús sin pecado”.

Es una teología posible

Hay que caer en la cuenta que la teología es una manera de explicar la Sagrada Escritura y los misterios de la fe y puede cambiar, porque el Espíritu Santo hace “nuevas las cosas” y también la teología.

El 2 de marzo de 2007, el Papa decía al clero de Roma:”La teología ha sido siempre múltiple. Pensemos en los Padres, en el medioevo, la escuela franciscana, la escuela dominicana, etc. Como hemos dicho, la palabra de Dios es siempre más grande que nosotros; por eso no podemos agotar jamás el alcance de esta Palabra, y se necesitan enfoques diversos, diversos tipos de reflexión…el teólogo trate de encontrar pistas que respondan a las exigencias y a los desafíos de nuestro tiempo; y, por otra parte, que sea siempre consciente de que todo esto se basa en la fe de la Iglesia”.

Personalmente, creo que la teología de Duns Escoto responde mejor a las exigencias teológicas y espirituales de nuestro mundo globalizado, abierto más allá de todas las fronteras.

ESPIRITUALIDAD CONSIGUIENTE A LA TEOLOGIA DEL PRIMADO DEL VERBO ENCARNADO

Dijo el Papa Benedicto: “Esta visión teológica, fuertemente cristocéntrica, nos abre a la contemplación, al estupor y a la gratitud. Cristo es el centro de la historia y del cosmos, es quien da sentido, dignidad y valor a nuestra vida”.

Y esto, no tanto en sentido moral (que es obvio y como se ha dicho siempre) sino ontológico (o sea: en la línea del ser).

Esta doctrina constituye un sólido fundamento “para espantar del alma humana aquella imagen de Dios castigador, que tanto daño nos ha hecho y sigue haciendo” (Cfr. CELAM 1999).

A nivel personal, esta visión ayudará a crecer en el amor no en el temor. La predicación del temor debe ir dejando lugar a la del amor. Sólo cabe hablar a modo de exhortación, de aviso y corrección fraterna. El Evangelio se propone no se impone. Sólo servirán los medios pedagógicos positivos y las penas medicinales; no más terrorismo jurídico y moral (Cfr. I Jn.4, 15-18).

Con esta visión fuertemente cristocéntrica se nos hace más directa la comprensión de la relación entre Jesús y el prójimo de Mt. 25: “Tuve hambre y me disteis de beber..lo que han hecho a uno de estos pequeños lo hicieron conmigo”; sin instrumentalizaciones “piadosas” pero, en definitiva, ofensivas.

Ofrece una visión mística del universo. El mundo se presenta como un diáfano sacramento de la divinidad (salido de su corazón y de sus manos); un gran altar donde se celebra la liturgia de Dios creador, la liturgia secular; sacramento de la presencia escondida de Dios. Y el ser humano debe dar voz y palabra articulada al logos silencioso de los seres inanimados e irracionales, que murmuran el Ser por excelencia, Cristo.

El ser humano se ordena a su fin mediante el buen uso (amoroso) de las criaturas, y cae en el desorden por el abuso de las mismas” (Duns Escoto). El ser humano debe estar revestido de un trato cortés y fraterno con las cosas.

La teología escotista es luminosa y abre inmensos horizontes al ser humano para que pueda continuar su aventura natural y sobrenatural. Testigo excepcional de esta posibilidad es el jesuita Teilhard de Chardin que, encontrándose en serias dificultades intelectuales, descubrió el pensamiento escotista y lleno de alegría exclamó: “¡He aquí la teología cósmica, la teología del futuro! Con esta teología no sólo se respira sino que se avanza”.

Empleando la tesis del filósofo X. Subiri, sobre la religación, puede sostenerse que el hombre está religado ontológicamente con el mundo material, biológicamente con el mundo vital, antropológicamente con la comunidad humana y teologalmente con Dios, a través de Cristo. El hombre, habiendo sido creado a imagen y semejanza de Cristo, tiene una naturaleza teologal y es tendencialmente cristiforme.

Aquello que lo hace semejante a Cristo no lo adquiere en un proceso biológico e histórico, sino que le pertenece constitutiva y estructuralmente en cuanto ha sido creado y destinado a vincularse existencialmente con Cristo. La naturaleza humana, desde su origen y el proceso evolutivo del cosmos, está orientada intencional y constitutivamente a entroncarse en el proceso evolutivo del cosmos; está orientada intencional y constitutivamente a entroncarse en el Cuerpo místico de Cristo, como miembro del Salvador universal. La antropología, pues, tiene su coronación y complemento en la cristología. Cristo, hombre-Dios, es la expresión más acabada y perfecta del misterio humano.

En la concepción doctrinal de Escoto, Cristo ocupa el lugar más central de la comprensión del universo, del hombre y del misterio de la salvación, porque todo parte de Cristo y todo tiende hacia Él para unirse finalmente en el Uno-Trino. Por tanto, un humanismo real e integral debe ser cristiforme, ya que toda la realidad creada es crística. El cristocentrismo escotista interpreta magistralmente la cristología paulina, en la que Cristo es la imagen del Dios invisible, el primogénito de la creación, aquél, por el cual, todo ha sido hecho y, en el cual, Dios nos ha elegido antes de la creación del mundo, predestinándonos a ser sus hijos adoptivos (Cfr. Ef. 1,3-14).

PABLO VI, en la Carta apostólica “Alma parens” (14 de julio de 1966), proclamaba a Escoto como cantor de la centralidad de Cristo,“colocando sobre toda ciencia el Primado universal de Cristo, obra maestra de Dios, glorificador de la Santísima Trinidad y redentor del género humano, rey del orden natural y sobrenatural”.”La línea de la creación es la misma línea de la salvación”.

Si Escoto, en cuanto filósofo, posee una metafísica propia y peculiar, también, en cuanto teólogo, tiene una visión doctrinal unitaria y coherente, que, partiendo de la fe y del dato revelado, subraya que el amor es el modo de ser, de estar y de actuar de Dios. Y de este postulado saca todas las conclusiones y consecuencias teológicas, antropológicas y éticas derivantes y concomitantes. Si el amor es la causa motriz y operativa de las acciones divinas en el horizonte de la creación, es también causa de comunicación que se difunde allí donde Dios crea seres, a los que procura el máximo bien y la máxima felicidad.

Cristo es el primer y definitivo modelo del hombre y su figura se imprime realmente en éste renovándolo;se realizó de manera preeminente en María, don para todos nosotros. Por el modo perfecto de amar de Cristo, María misma fue pre-redimida, para que como primera redimida pudiese estar en plena consonancia con este amor. En Cristo, todo ser humano, y en primer lugar María, puede devenir un “hombre nuevo”. El hombre tiene su modelo en Cristo, y la realización más perfecta del modelo en una simple criatura se dio en María Inmaculada.

FRASES SINTESIS:

Dios ama intensamente – Dios ama con libertad – Dios ama para que tú existas –

Existo porque Dios me ama – cielo y tierra están juntos dentro de mí. – El amor no es amado pero sigue amando.- ama empezando de lo menos amable – cómo descubro la epifanía de Dios en mi vida.- existo porque existe Jesucristo - Dios fuente y culmen del amor; Cristo es el primer querido; en El, por Él y para Él todos hemos sido queridos como co-amadores en Cristo. – esta visión: un mínimo de norma y mucha mística- todos tenemos que de-centrarnos en Cristo, también la Iglesia. La pasión-muerte de Cristo debe ser valorada en la dimensión del amor y de la libertad. Lo que agradó a Dios no fue la muerte, sino la voluntad del que murió libremente y por amor…Cristo es el objetivo final del mundo (así el teólogo Scheeben, explicando a Duns Escoto, del cual comparte la visión teológica). – Dios tiene poder y libertad de renunciar a la satisfacción de condigno (“adecuada).

EUCARISTIA

Cristo ha sido predestinado como cabeza del Cuerpo místico y centro de la creación. Por lo cual, toda criatura radicalmente tiene parte en el “sacrifico” de amor de Cristo. Este “sacrificio” tiene el valor de consagración de todo el universo a Dios. El ser humano responde a Dios mediante el supremo amor de Cristo. “Amor con amor se paga”: el amor del Padre se “paga” (en Cristo)con nuestra respuesta de amor (en la misa y en cualquier obra de amor).

Algunas cosas a precisar: el pecado no es el eje estructurante de la historia – del pecado somos salvados gratuitamente, sin merecimientos ni satisfacciones – el pecado concreto no es mayor que el amor concreto.- es absurdo pensar que el pecado puede frustrar el proyecto eterno de Dios

PALABRAS Y CONCEPTOS COHERENTES CON LA TEOLOGIA DEL PRIMADO.


Dios todoamoroso – donación – co-amador – bautismo como iniciación de seguimiento a Cristo más que purificación del pecado.- compartir – corazón – libertad de los hijos de Dios – gratitud - alteridad – moral de actitudes – religión del amor. etc. etc.

BIBLIOGRAFIA (es vastísima, sobre todo en francés y alemán, menos en lengua española).

- Bonnefoy G., La primauté du Christ selon l´Ecriture et la Tradition, Roma 1959.

- Longpré E., Le B. Duns Scot docteur du Verbe Incarné, 1934

- Manual de teología franciscana, BAC, Madrid 2003


Nota: el teólogo católico Scheeben y el teólogo protestante Kart Barth comparten esta teología. Barth ha escrito: “la Escritura evidencia que el Primado universal de Cristo en el orden de la intención, y revelado en el orden de la ejecución es la base de toda teología”.

I Día (23), INTRODUCCION

-A qué vengo. – Qué son los EE. -Presupuestos teológicos. – Requisitos. – Los EE no son un tiempo artificial. –Cuál es el sueño de Dios para mí. – Silencio, recogimiento. – Ex. 3,1-15

II Día (24), NUEVO PARADIGMA – NUEVA IMAGEN DE DIOS

Para la reflexión.

-Vivimos la época de la conciencia globalizada, desmitificada, secularizada. -Nos preguntamos: el evangelio ¿es ajeno a estos rasgos, o bien, Cristo discutió con los fariseos para que fueran rasgos que debían de añadirse a la personalidad del “hombre nuevo”?

MT. 1,1-16. Jesús descendiente de un arameo y sus ascendientes eran de diferente tipo cultural y moral (ascendencia globalizada, desmitificada y totalmente secularizada; Él era un laico).

MT. 3,9. A Dios todo es posible.

Mt. 5,17-25. Escoge a 12 seglares para su misión divinizadora.

Lc. 10,25ss. A sacerdotes les pone como ejemplo a un lejano, seglar, a-religioso. Para la meditación - ¿Estoy atemorizada (o) antes el caos que está sobreviniendo? Congregación, Iglesia, sociedad en general. ¿Por qué?

-¿En qué términos pienso en los lejanos…los chinos, los papuasios, los mongoles? ¿Los veo junto a Cristo y junto a mí como miembros del Cuerpo místico de Cristo?

-¿Siento algo dentro de mí que me impulsa a hacer cambios en mis afectos hacia la persona de Jesús y hacia los hermanos (as) lejanos (as)? ¿Cuáles cambios?

-¡Quiero trazar mi camino de seguimiento de Cristo y de servicio a la pobre humanidad en esta época que me toca vivir, porque no tendré otra!



III Día (26), NUEVA IMAGEN DE DIOS

Para la reflexión

Lv. 26,18-28; dt.21, 18-21; Amós 3,2; Is. 34,2; Mt. 25,41

-¿Dios castiga, manda desgracias, la muerte?

-Jesús cura las enfermedades, resucita a los muertos, perdona a la pecadora.

-Es el Buen pastor (Jn.10, 1-6).

-El padre de la parábola del “padre todoamoroso” (Dios) vuelve a recibir en su casa al hijo pródigo sin exigirle nada por su pecado. Su amor simplemente lo re-integra al calor del hogar, con locura de amor: ¡Fue suficiente la voluntad de regresar de parte del hijo, consciente del desorden causado.

Para la meditación

-En la Biblia se presentan 2 imágenes de Dios; ¿Cuál creo sea la verdadera? ¿Por qué? ¿Qué he experimentado en mi vida al respecto?

-¿Cuál imagen anuncio? ¿Qué me ha enseñado la práctica apostólica?

-Si Dios es todoamoroso, y “amor con amor se paga” ¿cómo le pagaré?

-¿Cuál es el núcleo de mi ideal de santidad?

IV Día (26), NUEVA TEOLOGÍA

Para la reflexión

-Toda la Biblia gira en torno a la figura de Cristo (“mesías, ungido). Siempre se ha visto así, sin embargo, el punto es: ¿un lider “moral” o un lider “ontológico”?

-Ef.1, 3-10 y Col.1, 15-20.

-Me apropio del concepto básico de predestinación, de Cristo y de nosotros en Él.

Para la meditación

-¿Lider moral u ontológico?

-Teología anselmiana o escotista?

-¿Qué protagonismo tiene el pecado en las dos visiones teológicas?

-¿Qué sentimientos se mueven en mí al pensar que soy creado sobre el “molde” fascinante de Jesucristo?

-¡Soy cristiforme, pero ¿quiero llegar a ser, con mi libertad, cristiforme? -¿Cómo?

-¡Me ayudará hacer esta meditación delante del Santísimo Sacramento!

-¡Enumero aquellos actos, sentimientos, sueños y proyectos que me llevarían a devenir cristiforme…ramita fresca y fructífera del “árbol” Cristo! Cuya savia es el Espíritu Santo, que hace nuevas las cosas! Dentro de mí, en mi comunidad y en el apostolado.

-A partir del Primado absoluto y universal de Cristo ¿Cómo puedo dar mayor densidad de amor a mi trajín de cada día?

V Día (27), NUEVA TEOLOGIA

Para la reflexión

Mt.5,9; Jn.5,18 ;10,30 y 10,34; Mt.12,30; Jn.15,4; 5,40; 6,33 y Jn.10,10

Para la meditación

-El pecado es desordenar la creación más que transgredir una ley. Y cuando una cosa se desordena, simplemente no funciona; de allí: las enfermedades y la muerte y todo tipo de sufrimientos.

-Me pongo a meditar sobre las consecuencias de los desórdenes causados por mi ligereza o maldad, por comisión u omisión.

-¡Reconoce o cristiano tu dignidad! (San León Magno).¡Estoy inmerso en el amor de Dios como un pez en el agua; las impurezas (desórdenes, pecados) que se producen en mí, sólo esperan un movimiento positivo de mi libertad para que ese amor las aniquile! En el miso momento o cuando yo quiera, pues el amor de Dios está siempre activo y disponible ¡Sin pagar nada! (Cfr.Mt.3,6; 9,2 y 9,6).

-La Eucaristía es una gran hoguera de amor (el amor humano-divino de Jesucristo) más que expiación; y de parte mía, debe ser un renovado compromiso de amor más que promesa de no pecar (que va sobreentendida).

-¿Cómo es mi participación en la Misa? -En esta acción, Dios hace el milagro de anular tiempo y espacio que nos separan de la vida de Jesús, de su muerte y resurrección.

¡Y San Pío de Pietrelcina y el Santo Cura de Ars quedaban asombrados, como quien está viendo algo indecible!

VI Día (28), ESPIRITUALIDAD DEL PRIMADO ABSOLUTO Y UNIVERSAL DE CRISTO
Para la reflexión

Mc.12,33; Lc.10,29; Lc.10,31 y 10,36; Mt.25,35
Para la meditación

-BENEDICTO XVI dijo: “Esta teología nos abre a la contemplación, al estupor y a la gratitud, pues Cristo es el centro de la historia y del cosmos, es quien da sentido, dignidad y valor a nuestra vida”.

-Después de haber asimilado estas palabras, tomo conciencia que yo soy una ramita fresca y vital del árbol Cristo, en sentido ontológico no sólo moral. A continuación, salgo al campo y contemplo la naturaleza, la cual me transparenta la presencia real de Cristo: las plantas, las piedras…son pedazos de corteza del árbol Cristo (=vestigios, huellas de Cristo), en sentido ontológico no sólo moral. –Hago lo mismo saliendo a la calle: los seres humanos que allí encuentro son “ramitas vitales del árbol de vida Cristo”, en sentido ontológico no sólo moral (Cfr. I Cor.12,27).

-Contemplo una y otra vez para adquirir el hábito, psicológico y espiritual, de ser contemplativa (o) en acción.

-Todos hemos sido creados en Él, por Él y para Él. Vuelvo a leer Ef.1, 4-10 y Col.1, 14-20.

-Escribo mi propio “cántico de las criaturas”.

VII Día (29), HACER LA VOLUNTAD DEL PADRE

Para la reflexión

-Mt. 6,9ss.; 7,21; 12,50; Mc.3,35; Jn.4,34.

Para la meditación

-Hay un momento clave en la vida de Jesús, no sólo por su dramatismo sino por la interpretación que se le da. Este momento es la agonía, cuando dijo:”Padre, si es posible, que esta copa se aleje de mí. Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú”.

-Con la teología tradicional se ha interpretado como si el Padre hubiese establecido y planeado la muerte de Jesús (para quedar pagado por los pecados y así poder perdonarnos).

-Con la teología del Primado absoluto y universal de Cristo y la predestinación, habría que parafrasear la súplica de Jesús en la agonía de esta otra manera:”Padre, si estos hombres quieren matarme, yo no renegaré de mi misión y ¡seguiré fiel en el amor!”. En efecto, ésta es la voluntad del Padre para todos sus hijos: quedar siempre fieles en el amor, como Él.(Cfr. Hch.4,10).

-En la oración del Padre nuestro, Jesús nos hace decir lo mismo: ¡Hágase Padre tu voluntad!

-Cuando rezo el Padre nuestro, ¿Entiendo yo, explícitamente, y hago el firme propósito de quedar fiel en el amor en toda circunstancia?

-¿No es esto lo que espera de nosotros el Padre después de comunicarnos, en Cristo, tanto amor?

-Eso pide a las(os) religiosas (os), a los sacerdotes, a los casados, a los jóvenes, a los políticos, profesionales, a todos. ¿Qué otra cosa podría pedir, si El es amor?

-¡Tal vez, recitaré el Padre nuestro con más atención y compromiso!

VIII Día (30), RESUMEN, CONCLUSIÓN Y EVALUACIÓN

8,30-9,30 Recojo mis pensamientos y sentimientos

9,30-10,30 (por grupos) Recoger por escrito 2 puntos de la nueva teología y 2 de la nueva espiritualidad que más han llamado la atención al grupo (se pondrán en común en la Eucaristía de clausura; así como, en el ofertorio, se presentará un símbolo que el grupo escoja).

10,30-11,30 Eucaristía de clausura

A continuación de la Eucaristía, se hará la evaluación de los EE


“¡El Señor las(os) bendiga y las(os) guarde.

Les muestre su rostro y tenga misericordia de ustedes.

Vuelva hacia ustedes su mirada misericordiosa y les conceda la paz.

El Señor las(os) bendiga, hermanas(os), en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

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