Publicado por Fray Raúl | 2 comentarios

Cristianismo a la carta

Se ha vuelto bastante común ofrecer diferentes formas de seguir a Jesús que nos olvidamos de lo qué en realidad queríamos hacer al principio. Una y otra vez aparecen nuevas propuestas de seguimiento, del verdadero camino, donde ´sí hay bendición para el que tiene fe y castigo para el que no.

Quisiera hacer la reflexión acerca de los polos en los que nos movemos los cristianos a la hora de hacer proselitismo y ver qué tan cerca o lejos nos encontramos de lo que en realidad quería Jesús. Para iniciar, miremos los polos:

Pobreza vs Riqueza
Penitencia vs Gozo
Alma vs Cuerpo
Maldición vs Bendición
Espíritu vs Materia

En fin, variedad de características que lo único que hacen es profundizar aquellas divergencias que apenas sí se deberían notar. Quiero decir que, con el Cristianismo a la carta, o sea adaptado a lo que la gente quiere y/o necesita, posiblemente no estemos respondiendo a la llamada original de aquel Hijo del Carpintero.

Es frecuente escuchar una especie de teología de la prosperidad, y muchos se hacen cristianos para salir de la pobreza. Otros en cambio, hacen voto de pobreza siguiendo el ejemplo de Cristo, que siendo Dios se hizo hombre, se anonadó.

Unos por un lado, nos piden hacer penitencia, ayuno, abstinencia... y aprovechar este tiempo de cuaresma para meditar sobre el misterio de la pasión, muerte y resurrección del Señor. Los otros por el contrario, anunciarán a un Jesús Todopoderoso, Glorioso y Triunfante. Donde dejaremos atrás los problemas familiares, las enemistades, la deudas y la infelicidad.

Unos cristianos hacen énfasis en salvar el alma, pues el cuerpo es camino de perdición, es pecado y nos arrastra al infierno. Otros, buscando la salud a cualquier costo, van de cierto modo buscando la fuente de la eterna juventud. Se niegan al dolor y al sufrimiento corporal.
Para unos cristianos, la Bendición se constata en la abundancia y prosperidad de las empresas. La estabilidad laboral y familiar son una bendición. Esto nos lleva a considerar que las situaciones adversas son una Maldición, que tiene su origen en el pecado.

Muchos cristianos son muy espiritualistas y dedican mucho tiempo a la oración y contemplación, también a la alabanza y la elevación del espíritu. Por otro lado encontramos quienes hacen una opción para liberar a otros de las desigualdades sociales e injusticias históricas a las que estamos sometidos.

Ante tanta variedad de seguimientos de Jesús es fácil confundirse. Muchas veces el punto clave es el tipo de lectura que hacemos de los evangelios y la interpretación de los mismos. Para leer los evangelios y apegarnos a lo que en realidad quieren decir, los católicos tomamos muy en cuenta La TRADICIÓN y El MAGISTERIO, sin olvidarnos de la SAGRADA ESCRITURA.

De este modo haremos una mejor lectura e interpretación de lo que Jesús hizo y de lo que Él quería de nosotros. Y nos evitaremos hacer menús de cristianismo, ya que hacemos un cristianismo para cada tipo de persona.

2 comentarios:

  1. Porqué apegarnos a la tradición y el magisterio con el fin de entender Los evangelios, ¿acaso no son lo suficientemente claros? ¿Jesús no fue claro al decir Yo soy el camino la verdad y la vida y nadie viene al Padre sino por mi? ¿Es posible que el Espiritu Santo de Dios ya no esté presente para iluminar nuestros corazones y entender Su Palabra? o es que acaso en la practica desechamos a Jesús y eso también es crsitianismo a la carta.

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  2. En la época en que estamos no podemos solo quedarnos en el porque sí.
    ¿Cómo podemos tener por seguro que lo que está escrito en la Biblia, de lo que dijo Jesús, fue escrito del mismo modo en que fue dicho? ¿Sabes tú por cuantas manos han pasado los antiguos escritos (originales) para llegar a estar en tu idioma y en tus manos?
    ¿Sabes cuánto tiempo hay entre la resurrección de Jesús y la transcripción de los Evangelios?

    Eso de leer en español e interpretar las Sagradas Escrituras es relativamente fácil, con tal de tener un libro en las manos y saber leer. Pero conocer la historia detrás de ese libro, tener la herramientas hermenéuticas auténticas para saber interpretar en el espíritu en que fue escrito el texto, eso si es lo que interesa. Hay cosas que la sola experiencia de leer no nos podrá dar, ese conocimiento histórico y fidedigno solo se encuentra en un lugar, y no en la mente de uno solo en soledad... Por ello se hace necesario la Tradición y El Magisterio, para ser fieles al mensaje, o por lo menos, no decir nada que la palabra no dice.

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