Publicado por Fray Raúl | 4 comentarios

Los Cristianos y la Biblia. Lo que nos manda a hacer Jesús.

Cuantas veces hemos escuchado: "Es que ahora aprendí a leer la Biblia", "Ahora Sí conocí a Cristo"... y muchas otras que se dicen para hacer referencia a que cuando se "es católico" no se lee la biblia, no se conoce a Cristo y otra serie de interpretaciones que lo que hacen es confundir a los fieles católicos y a los que apostatan de su fe. 

Quisiera dedicar este espacio a ver qué cosas son las que nos manda Jesús en el Evangelio y cómo una "lectura superficial de la Biblia" no hace, sino más daño que bien, por la falta de preparación para un aprovechamiento más enriquecido de la Biblia.

Antes que se me olvide, recordemos que cuando Jesús resucitó y subió al Cielo, no existía la Biblia tal cual la conocemos hoy. Lo que leían los Judíos en las sinagogas era la Torá (la Ley y los Profetas) y los Libros Sapienciales. Nada del Nuevo Testamento estaba escrito cuando Jesús subió al Cielo. Pasaron muchos años antes de que se escribieran el Evangelio y las demás Cartas que componen el Nuevo Testamento. Éste llegó a ser lo que es, gracias a las comunidades cristianas que pusieron por escrito las enseñanzas de los Apóstoles, que para el año 100 d. C. ya estaban muriendo todos los testigos de primera mano. Por lo tanto, insistir en una lectura de la Biblia, cuando no existía en los tiempos de Jesús es algo prematuro. Antes de la Biblia (como la conocemos actualmente) está la Tradición que se transmitió oralmente de los Apóstoles a los Discípulos y a todos los fieles de generación en generación. Así como las nuevas enseñanzas que por cuestiones históricas no fueron tratadas por Jesús, ni por los Apóstoles... se trata del Magisterio de la Iglesia. 

Son tres los pilares con los que cuenta la Iglesia para conocer la Revelación de Dios: Las Sagradas Escrituras, la Santa Tradición y el Magisterio Vivo de la Iglesia.

Ahora bien, vayamos a las fuentes y veamos qué es lo que nos manda Jesús.

Primero, repasemos las cosas que nos dice después de la Resurrección, antes de subir al Cielo: 

Mateo 28, 18-20: "Jesús se acercó y les habló así: «Me ha sido dada toda autoridad en el Cielo y en la tierra.  Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia.»"       

Marcos 16, 15-16: "Y les dijo: Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará; el que se niegue a creer se condenará."

Lucas 24, 44-47: "Jesús les dijo: Todo esto se lo había dicho cuando estaba todavía con ustedes; tenía que cumplirse todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos referente a mí... Entonces, les abrió la mente  para que entendieran las Escrituras. Les dijo: Todo esto estaba escrito: los padecimientos del Mesías y su resurrección de entre los muertos al tercer día. Luego debe proclamarse en su nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados, comenzando por Jerusalén, y yendo a todas las naciones, invitándolas a que se conviertan."

Juan 20, 30-31. 21, 24-25: "Muchas otras señales milagrosas hizo Jesús en presencia de sus discípulos que no están escritas en este libro. Estas han sido escritas para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios. Crean, y tendrán vida por su Nombre... Este es el mismo discípulo que da testimonio de estas cosas y que las ha escrito aquí, y nosotros sabemos que dice la verdad. Jesús hizo  también otras muchas cosas. Si se escribieran  una por una, creo que no habría lugar en el mundo para tantos libros."

Es claro que Jesús envía a los Apóstoles a Todo el Mundo, a Anunciar la Buena Nueva, a Bautizar, a Enseñar lo que Él ha encomendado... A partir de este momento, los discípulos van encontrando el verdadero sentido de las Escrituras, Jesús es ahora la "Clave de Interpretación", tratarán de ver cómo es que eso hablaba de Él. De cierto modo, el leer las Sagradas Escrituras en clave de Jesús, es para las comunidades judeocristianas un reto, pues todo lo que antes conocían viene ahora a adquirir nuevo significado. Es un re-interpretar su propia cultura y religión. No sucede así con nosotros que "somos los paganos". Quien tiene poco conocimiento de la Religión Judía tiene muy poco de qué re-interpretar. Por ello, para los Cristianos de origen pagano tendrán mayor influencia de las cartas de Pablo y de los demás apóstoles con la pasión y la resurrección de Cristo como centro de su predicación. 

Un buen modo para acercarse a las Sagradas Escrituras es iniciar por el Nuevo Testamento, específicamente con el Evangelio. Así lograremos tener un mejor conocimiento de Jesús (de lo que se escribió de Jesús, pues no se escribió todo). Lo que está escrito es para que creamos. Muchas de las cosas que no se escribieron de cierto modo, es lo más probable, se decían entre los cristianos de la época. De ahí surge la Tradición (con "T" mayúscula).

Repasemos cuáles son los temas que predica Jesús, es decir, qué es lo que Él nos enseñó y que deben enseñar los Apóstoles.

Jesús proclama su misión: Renuncien a su mal camino, porque el Reino de los Cielos está  ahora cerca (Mt 4, 17) . Cuando lee el pasaje del profeta Isaías afirma: Esto se ha cumplido hoy, pero ¿qué es eso?: "El Espíritu del Señor está sobre mi. El me ha ungido para llevar buenas nuevas a los pobres,  para anunciar la libertad a los cautivos y a los ciegos que pronto van a ver, para despedir libres a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor" (Lc 4, 18-19). De aquí en adelante veremos a Jesús anunciado el Reino de Dios, y para explicarlo usa muchas parábolas. 

El Reino de los Cielos o el Reino de Dios es el tema principal de la predicación de Jesús. Entre las parábolas que usa para explicar el Reino de los Cielos están: La parábola del sembrador, la semilla que crece por sí sola, el trigo y la mala hierba, el grano de mostaza, la levadura, la moneda, el tesoro, la perla, la red... 
Nos enseña el mandamiento más importante, el Amor, y nos indica loa medida: "como yo los he amado". Afirma que no viene a quitar la ley sino a darle el verdadero sentido. 
Nos enseña la manera de orar con el Padre Nuestro. Nos invita a no acumular riquezas. Nos manda a no estar pendientes de los pecados ajenos. Nos pide cargar con nuestra cruz de cada día. Nos habla de Él como Buen Pastor, como Vid y nosotros sarmientos. Él va sanando y curando a los enfermos que se le acercan, sana incluso a extranjeros por la fe que manifestaron. 

En fin, para conocer a Jesús y saber que cosas nos encomendó tenemos El Evangelio. Antes de ir a confundirnos con el Antiguo Testamento debemos conocer bien el Nuevo Testamento. Sólo teniendo una idea bastante clara de quién es Jesús podremos ir a confrontar como el Antiguo testamento nos habla de Él. 
 
Pero nos está haciendo falta lo más importante. Jesús se ha quedado con nosotros hasta el fin de la historia, o hasta el fin del mundo. Con una presencia real, que quien es verdadero cristiano no se atrevería a negar. Me refiero a su presencia viva y resucitada en la Eucaristía.
 
Mateo 26, 26-29: "Mientras comían, Jesús tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: Tomen y coman; esto es mi cuerpo. Después tomó una copa, dio gracias  y se la pasó diciendo: Beban todos de ella: esto es mi sangre, la sangre de la Alianza, que es derramada por una muchedumbre, para el perdón de sus pecados. Y les digo que desde ahora  no volveré a beber del zumo de cepas, hasta el día en que lo beba de nuevo con ustedes en el Reino de mi Padre."

Marcos 14, 22-25: "Durante la comida Jesús tomó pan, y después de pronunciar la bendición, lo partió y se lo dio diciendo: Tomen, esto es mi cuerpo. Tomo luego una copa, y después de dar gracias, se la entregó y todos bebieron de ella. Y les dijo: Esto es mi sangre, la sangre de la Alianza, que será derramada por una muchedumbre. En verdad les digo que no volveré a probar del zumo de cepas  hasta el día en que lo beba de nuevo en el Reino de Dios."

Lucas 22, 14-20: "Llegada la hora, Jesús se sentó a la mesa con los apóstoles y les dijo: Yo tenía gran deseo de comer esta Pascua con ustedes antes de padecer. Porque les digo que ya no  la volveré a comer hasta que sea la nueva y perfecta Pascua en el Reino de Dios. Jesús recibió una copa, dio gracias y les dijo: Tomen esto y repártanlo entre ustedes, porque les aseguro que ya no volveré a beber del jugo de la uva hasta que llegue el Reino de Dios. Después tomó pan y, dando gracias, lo partió  y se o dio diciendo: Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes. (Hagan esto en memoria mía. Hizo lo mismo con la copa después de cenar, diciendo: Esta copa  es la alianza nueva sellada con mi sangre, que es derramada por ustedes)."

En la carta a los corintios encontramos una confirmación de lo que los Apóstoles hacían desde antiguo. 

I Corintios 11, 23- 26: "Yo he recibido del Señor lo que a mi vez les he transmitido. El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan y, después de dar gracias lo partió diciendo: Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes; hagan esto en memoria mía. De igual manera, tomando la copa, después de haber cenado, dijo: Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Todas las veces que la beban háganlo en memoria mía. Fíjense bien: cada vez que  comen de este pan y beben de esta copa están proclamando la muerte del Señor hasta que venga."

I Corintios 10, 15-17: "Les hablo como a personas sensatas, juzguen  ustedes mismos lo que voy a decir. La copa de bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo? Así, siendo muchos formamos un solo cuerpo, porque el pan es uno y todos participamos del mismo pan."
Antes de andar buscando citas en el Antiguo Testamento y haciendo afirmaciones que no comprendemos, tenemos la tarea de leer y tratar de mejor comprender el Nuevo Testamento y muy en particular las Enseñanzas de Jesús y de sus Apóstoles, y de las enseñanzas que a lo largo de la historia los seguidores de Cristo han ido dando con ayuda del Espíritu Santo para el bien de toda su Santa Iglesia.
 
Por último punto, Jesús sella con su sangre la Alianza Nueva y Eterna que se actualiza en la Eucaristía. Quien quiera negar esta realidad no está atendiendo a las Escrituras, y está ignorando a Cristo.

Cuando alguien te diga que "debes leer las Escrituras" para que reniegues o apostates de tu fe, invítalo a ir a Misa para que se dé cuenta de cuánto de las Escrituras hay en la Celebración y cómo es que Jesús está realmente presente en la Iglesia que Él instituyó.


Para conocer y amar más a Jesús. 
 
 

4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  2. Usted se contradice. "Quien quiera negar esta realidad no esta atendiendo las escrituras" Y despues dice que no hay que leerla sino ir a la misa. En cualquier Iglesia se debe leer las escrituras, ya que sin la Biblia no tenemos el mensaje de nuestro Senor Jesucristo.

    ResponderEliminar
  3. "CRISTO" nunca instituyó una iglesia, que por 1260 años persiguió, mato y torturó de las peores maneras a quien quería ser conocedor de las escrituras!!
    La iglesia católica apostólica romana fue fundada por un pagano, apostata y blafesmo, llamado Constantino.

    ResponderEliminar