Publicado por Julio Canel | 0 comentarios

EL SILENCIO


Introducción.
 
Constantemente se menciona que estamos viviendo en la era de la imagen y es cierto, los medios de comunicación en la actualidad ocupan un espacio muy importante en la sociedad, sobre todo en el mundo de los jóvenes. Existe un tremendo bombardeo de información, de comerciales, ruidos, ocupaciones, contactos, y un sinfín de ocupaciones en que terminamos envueltos cotidianamente. En medio de tanto ruido en la vida, a la persona se le torna muy difícil conocer su  auténtica realidad; se le dificulta  escuchar su mundo interior; y en muchos de los casos, se pierde en entre tanta gente, se cae en la rutina, que es algo muy grave. El ruido crea confusión, desorden, agitación, pérdida de armonía y de equilibrio. La persona no conoce la quietud o la tranquilidad, se pierde la paz interior y mucha energía viviendo de esa manera. El ansia, las prisas, el activismo, la irritación se apodera de la vida de las personas. El ser humano  en la actualidad, debido a los avances de la tecnología  aprende muchas cosas y está superinformado de cuanto acontece, pero no sabe el camino para conocerse a sí mismo, se termina sintiendo perdido en la vida, no sabe a dónde dirigir exactamente su existencia.
 “El hombre lleno de ruido y superficialidad no puede conocerse directamente a sí mismo. Un mundo superpuesto Probablemente el hombre de comienzos de éste siglo se halla enfermo de tanto hablar, vive inmerso en un mundo de habladurías, se ve constreñido a hablar con un lenguaje degradado, insustancial, vanamente locuaz, perennemente distraído” (P .García, el silencio, análisis y estructura. Pag. 8). Eh aquí la importancia de la vivencia del silencio, de no añorarlo más, sino de luchar por hacerlo parte de nuestra vida. El silencio es importantísimo para ser personas más felices, auténticas, para saber tomar las mejores decisiones en la vida, o al menos saber ir creando y realizando la propia existencia, libre, responsable y conscientemente. Veremos más adelante sus beneficios.

1.     ¿Qué es el silencio?

Es una actitud, un comportamiento humano de recogimiento, de ir alejando los ruidos que se producen en el ambiente y los interiores, es actitud de escucha ante los demás, ante lo que sucede exteriormente, sin querer intervenir sino hasta que sea el momento preciso. Es dejar que las cosas sucedan sin intervenir en ellas, dejar que los pensamientos fluyan y se den con naturalidad sin hacer ningún tipo de presión o esfuerzo voluntario.  También es como lo dice Patricio Gacía: “silencio. Viene definido por la Real Academia española actual como  ausencia total de sonidos y de ruidos. Aplicado al existente humano sería, ausencia total de sonidos y de ruidos en el existente humano… igualmente se puede decir que estar en silencio. Significa permanecer callado o estar callado mientras los otros hacen uso de la palabra o en otras circunstancias” (P. García, el silencio, análisis y estructura, pag. 14). 
El silencio es ponerse en contacto con lo profundo de nuestro ser, callarnos ante la inmensidad de la vida, adentrarnos para quedar sumergidos en ese Misterio. Silencio es entonces acallar los ruidos y solicitaciones que nos llegan desde fuera, acallar sobre todo el ruido de nuestro propio yo con sus inmensas  ambiciones, miedos, orgullos y autocomplacencias, para no perdernos en la cotidianidad, para vivir una vida tranquila, equilibrada y hasta saludable físicamente. Por el silencio recuperamos mucha energía positiva que nos hacen perder las numerosas actividades diarias, los sinfines de pensamientos que pasan por nuestra mente. Es necesario, como el mismo SVP nos recomienda hacer mínimo una hora de oración de meditación que es parecido a estar en silencio ante Dios, que es a la vez estar en silencio ante nosotros mismos.

2.     ¿Por qué vivir el silencio?
Porque necesitamos conocernos y saber cuál es el objetivo de nuestra existencia, eso lo podemos lograr por medio del silencio. Para encontrarnos con Dios y saber cuál es su voluntad para con nosotros. Para escuchar a los demás, para no dejarse alienar dentro de una sociedad ruidosa y que arrastra al ser humano hacia donde no quiere ir, y no actuar como robots que están programados para hacer lo que su creador quiere, sino tomar las propias decisiones libre y conscientemente. Para no ser personas superficiales, sino auténticas…hay un sin número de respuestas que puedo decir de los grandiosos beneficios de la práctica del silencio en el ser humano.

Me parece muy iluminador y preciso lo que dice el escritor español José Pagola: “Pero hay en la sociedad moderna otro ruido contra el que no se lucha sino que se busca. La persona superficial no soporta el silencio. Aborrece el recogimiento y la soledad. Lo que busca es ruido interior para no escuchar su propio vacío: palabras, imágenes, música, bullicio. De esta forma es más fácil vivir sin escuchar ninguna voz interior; estar ocupado en algo para no encontrarse con uno mismo; meter ruido para no oír la propia soledad. El ruido está hoy dentro de las personas, en la agitación y confusión que reina en su interior, en la prisa y la ansiedad que domina su vivir diario. Un ruido que, con frecuencia, no es sino proyección de problemas, vacíos, desequilibrios y contradicciones que no han sido resueltos en el silencio del corazón. Pero el hombre moderno está lejos de aprender a entrar en sí mismo para crear el clima de silencio indispensable para reconstruir su mundo interior. Lo que busca es un ruido suave, un sonido agradable que le permita vivir sin escuchar el silencio. Es significativo el fenómeno de la “explosión musical” en la sociedad moderna. El hombre de nuestros días oye música de la mañana a la noche. La música y el ritmo se han convertido en el entorno permanente de no pocos. Se oye música en el trabajo y en el restaurante, en el coche, el autobús o el avión, mientras se lee o se hace deporte. Se vive “la música continua”. Parece como si el individuo moderno sintiera la necesidad secreta de permanecer fuera de sí mismo, de ser transportado, de verse envuelto en un ambiente estimulante o embriagante, con la conciencia agradablemente anestesiada”(J. Pagola, silencio y escucha frente a la cultura del ruido y la superficialidad). Ante todo esto y más que nos propone nuestra sociedad, la vida de silencio se hace elemental y esencial en nuestra vida.

2.1 El silencio para encontrarse con Dios

Cómo dice el subtitulo, el silencio nos tiene que ayudar para poder encontrar y escuchar a Dios en nuestra vida. Un Dios que siempre está ahí y que se manifiesta de muchas maneras en nuestra vida, que lo podemos encontrar en nuestro interior, que nos está invitando constantemente a vivir su inmenso Amor, se puede tornar muy difícil quererlo encontrar en medio de esta sociedad actual con su forma de vida ya mencionada, pero si es posible encontrarlo en el silencio de nuestro corazón. Solo en el silencio se puede dar un encuentro personal con Dios. “En la sociedad moderna, Dios es hoy para muchos no sólo un “Dios escondido” sino un Dios imposible de hallar. Su vida transcurre al margen del misterio. Fuera de su pequeño mundo nada hay importante. Dios es, cada vez más, una palabra sin contenido, una abstracción. Lo verdaderamente transcendental es llenar esta corta vida de bienestar y experiencias placenteras. Eso es todo. Entonces, tal vez, sólo queda sitio para un Dios convertido en “artículo de consumo” del que se intenta disponer según las propias conveniencias e intereses, pero no para el Dios vivo, revelado en Jesucristo, que suscita la adoración, el júbilo y la acción de gracias. Hay que decir algo más. No son pocos los cristianos que temen el silencio y la meditación pues tienen miedo a Dios” (J. Pagola, silencio y escucha frente a la cultura del ruido y la superficialidad).


2.2 Desde el Silencio se escucha a las demás personas

La persona que  vive desde el silencio es capaz de descubrir, entre otras cosas; el mundo, la vida, las cosas, la existencia entera con luz nueva, una nueva manera de ver la vida. Su mirada se hace más profunda y amorosa. No se detiene sólo en lo superficial. El silencio lo hace no sentirse extraño a nadie ni a nada. Es capaz de abrazar interiormente al Universo entero con paz y amor fraterno, como en una ocasión recuerdo haberlo escuchado de Osho, un maestro oriental de meditación. Cito nuevamente a  Pagola refiriéndose a éste tema: “Pero, sobre todo, en el silencio con Dios aprende a escuchar y amar a los hombres y mujeres. Desde ese silencio es más fácil captar todo lo bueno, lo bello, lo digno, lo grande que hay en la vida humana. Y es más fácil también escuchar los sufrimientos y el dolor de los que viven y mueren sin conocer el amor, la amistad, el hogar o el pan de cada día. El verdadero silencio hace al contemplativo más sensible a los miedos, anhelos y esperanzas de los humanos (J. Pagola, silencio y escucha frente a la cultura del ruido y la superficialidad). El silencio no es una actitud pasiva, sino es invitación a, es estar atento a lo que sucede, es ver bien, para actuar bien. El tener momentos de silencio en soledad no quiere decir estar en solitud, el silencio no puede ser una huída de la sociedad, de lo que acontece, sino tomar una cierta distancia para ir a su encuentro con fuerza renovada ir al encuentro de las demás personas.
    
2.3  Alienación.
Para mí es uno de los peligros más grandes que existen actualmente, del que debo de cuidarme, y el silencio me puede cuidar. “El individuo sin silencio no se pertenece, no es enteramente dueño de sí mismo. Es vivido desde fuera. Volcado hacia lo externo, incapaz de escuchar las aspiraciones y deseos más nobles que nacen de su interior, vive como un “robot” programado y dirigido desde fuera. Sin cultivar el esfuerzo interior y cuidar la vida del espíritu, no es fácil ser verdaderamente libre. El estilo de vida que impone hoy la sociedad aparta a las personas de lo esencial, impide su crecimiento integral y tiende a construir seres serviles y triviales, llenos de tópicos y sin originalidad alguna. Muchos suscribirían la oscura descripción de G. Hourdin: “El hombre se está haciendo incapaz de querer, de ser libre, de juzgar por si mismo, de cambiar su modo de vida. Se ha convertido en el robot disciplinado que trabaja para ganar dinero que después disfrutará en unas vacaciones colectivas. Lee las revistas de moda, escucha las emisiones de T.V. que todo el mundo escucha. Aprende así lo que es, lo que quiere, cómo debe pensar y vivir. El ciudadano robot de la sociedad de consumo pierde su personalidad” (J. Pagola, silencio y escucha frente a la cultura del ruido y la superficialidad).  La persona no alienada es capaz de asumir sus actos, pero sobre todo lo pre-asume, reflexiona previamente todas sus acciones y decide siempre por su propia cuenta.


3.     ¿Cómo vivir el silencio?

San Vicente de Paúl siempre daba como primera recomendación para la práctica y adquisición de una virtud, el hacer actos repetitivos de la virtud que se quiere adquirir.  Algunas maneras de vivir el silencio o en silencio es procurando hacerlo parte de nuestra vida, teniendo cada día  momentos específicos de silencio interior, de recogimiento; ser capaces de callar, procurar no hablar por hablar sino hacerlo en el momento preciso y lo que se diga tenga un buen contenido; escuchar a las personas con atención, dedicándoles el tiempo debido; procurar en la medida en que se pueda no permanecer mucho tiempo en lugares donde haya mucho ruido; reduciendo el tiempo dedicado a ver televisión y escuchar música, también tener cuidado en la selección de programas y la propia música a escuchar; buscar el contacto con la naturaleza que nos ayuda en el silencio…  son acciones que me ayudan personalmente. Puedo decir que cuando permito mucho ruido y no busco espacios de silencio en mi vida, me provoca mucha tensión y actitudes que no quiero conscientemente, por eso en mi vida es fundamental el silencio y me gusta mucho practicarlo. En momentos claves de mi existencia me ha ayudado  a tomar decisiones. Tenemos como ejemplos a muchas personas reconocidas, entre ellas, Jesús de Nazaret.


Bibliografía



García B, Patricio (2004) El silencio, análisis y estructura, editorial monte Carmelo, España
http://mercaba.org/FICHAS/Vida_consagrada/silencio_y_escucha_frente_a_la.htm

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