La riqueza de pocos, la pobreza de muchos
El ser humano goza de un gran privilegio entre todas las especies. Tanto como en la religión y la filosofía. La primera porque es “imagen y semejanza de Dios” (Gen. 1, 26) y la segunda por su racionalidad. Hoy diríamos que el hombre es importante por su ser.
El hombre sin duda posee una gran capacidad, creadora y transformadora. Como diría el sociólogo Malinowaki, que el hombre se dedica a la cultivación de sus capacidades al tener satisfechas sus [1]”necesidades”. Sin que estos estén resueltos, no podrá dedicarse a cultivar la música, poesía, filosofía, arquitectura, ciencia, etc. Estas le han permitido llevar sus propósitos a su realización, logrando así grandes hazañas e impregnando su grandeza en ellas.
Esto mismo, lo ha llevado a ubicarse en la cúspide de la pirámide. Desterrando el lugar de Dios y de sus semejantes. Así se convierte en el dueño y señor de todo. Esto ha provocado una división que posee un carácter antiguo. En la realidad contemporánea existe un clima de autoritarismo dando lugar al Capitalismo como fuente de la opresión de la clase proletaria.
El capitalismo es un sistema económico, que ha generado riqueza pero sólo para los ricos y estos son la minoría de la población. Podemos afirmar que hoy existe un nuevo faraón egipcio que oprime al pueblo proletariado. Ya que los obreros son explotados, marginados, etc. A través de su labor, reciben un salario injusto pero, trabajando largas horas y con una labor dura o exagerada. Llevan a cabo dicho labor no porque les agrade el trabajo sino por la necesidad que tienen del bien económico.
Los obreros son como burros de carga esta es la visión errónea de los ricos. La zanahoria es el trabajo o el salario que se obtiene de ella. Y se nota la astucia del opresor que engaña al obrero, haciéndolo creer que está cerca de la zanahoria, cuando no lo está. Es evidente que el rico busca más poder, más riqueza y dominio. Sin importar el costo y los medios a utilizar. Como diría Maquiavelo, “el fin justifica los medios” Aunque esto implique olvidarse e incluso pisotear a los demás. De esta forma nos hemos convertido en animales, practicando la ley del más fuerte. Esto es observable específicamente en los peces, el pez más grande se come al más pequeño.
Resalta la ambición en que ha caído el hombre. Vivimos en un país rico pero la riqueza está en las manos de pocos y muchos son pobres. Mientras algunos visitan Tikal Futura o algún otro centro comercial para comprar o pasear. Otros recuren a los basureros para encontrar algo de que alimentarse. Incluso algunos viven en los mismos basureros. Los asuntos diplomáticos, gubernativos o el descubrir nuevos astros son de gran importancia pero, menos el tema de la pobreza. Invierten en otros aspectos pero, menos en la educación o en la salud. Esto no es casual sino para poder manipular más fácil a sus semejantes. Es lamentable ver que el hombre con toda su capacidad creadora y transformadora esté sufriendo peor que un animal a causa del mismo hombre. Y como diría mi estimado amigo Ariel Hernández de tercero de filosofía. ”Que fácil decirle a los ricos que vivan como si no tuvieran nada pero que difícil decir a los pobres que vivan como si no tuvieran nada, cuando en realidad no poseen nada”
[1]Bronislaw Malinowaki, para que pueda realizarse deberá cubrir primeramente sus necesidades básicas o fundamentales. Para ello es: la alimentación, la vivienda y la seguridad.
Dionel Marroquín-II de Filosofía.
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