Para una Vida Religiosa en el III Milenio
"Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?" Lucas 18, 8
La época actual tiene muchas exigencias para el joven o la joven de hoy, no digamos para los jóvenes y las jóvenes que quieren responder al llamado de Dios consagrando su vida .
Si un gran problema es la falta de orientación y sentido, no digamos aún buscar un sentido religioso a lo que parece una vida sin sentido de fe, o quién sabe. Tal vez el mundo de hoy esté, más que nunca, sediento de espiritualidad, buscando sentido hacia lo profundo, con ansias de absoluto...
La Vida Religiosa debe conocer el ritmo en constante variación que tiene la época actual. Nos movemos a ritmos nunca antes vistos. Las modas son más momentáneas y variables que el siglo pasado. Los libros y los equipos eléctricos rápidamente quedan obsoletos. Pareciera que el ser humano ha cambiado, pero en el fondo, su ser es el mismo. Podrán haber cambiado algunos conceptos, modos de ver y/o conocer , modos de comunicarse, pero en el fondo seguimos siendo los mismos seres humanos, claro, con muchísima más información que los cromañones.
La edad moderna marcó la diferencia, es decir, un antes y un después de René Descartes. El ser humano empezó a dudar metodológicamente para encontrar certezas. Certezas que se transformaron en absolutismos. Absolutismos que crearon relativismos y relativismos que nos dejaron en una profunda sed de absoluto, de Dios.
La época contemporánea nos fue guiando por una nueva espiritualidad razonable, hacia una ética social y un pragmatismo reflexivo. Nos convertimos poco a poco en globales, eclécticos, inclusivos e integrales. Surgen los híbridos, los cosmopolitas, los trotamundos. Pero siempre tendremos las más profundas y necesarias interrogantes que movieron el mundo en los diferentes tiempos y direcciones.
¿QUÉ ES EL HOMBRE?
¿QUÉ ES EL MUNDO?
¿QUIÉN ES DIOS?
El hombre
El hombre
La necesidad saber qué es el hombre y en particular, saber ¿quién soy yo? nos lleva a un ejercicio de introspección que la época actual no ha sabido trabajar. Es decir, el ser humano de hoy en día llevó al extremo aquello de "soy más persona mientras más me relaciono"... el detalle yace en qué tipo de relaciones manejo y con qué cantidad de gente. Yo no soy mis páginas webs ni mis videos ni mis fotos, no soy mis amigos, ni lo que me gusta, ni lo que visito, ni soy mis seguidores.
Aunque todo eso forma parte de lo que soy, no soy solo eso. Soy mi soledad, mis tristezas y alegrías, soy uno en un millón, complejo, interesante, inteligente, sensible, valioso, único e irrepetible. Soy lo que hago y lo que no, lo que elijo y lo que rechazo. Soy lo que sumo y lo que resto. Soy de un pueblo concreto, con gente concreta en un tiempo concreto, pero en todo eso que me doy cuenta "lo que soy", corro el riesgo de perderme y quedarme con una parte y olvidar el todo.
El mundo
El mundo
Ver al mundo es querer ver la realidad, la realidad que buscamos es la realidad-verdad, y aquí empieza el problema, pues nos damos cuenta que en realidad hay mucha irrealidad o mentira, vicios, vacíos, parches, excesos y carencias. El mundo en cuanto mundo es uno, pero en cuanto a objeto de conocimiento es tal y cual en la medida en que hay mentes dedicadas al afán de conocerlo.
"Cada cabeza es un mundo", reza un dicho popular. Qué de verdadero, absoluto y cierto podremos encontrar en un mundo global, complejo, interdependiente y cambiante. Cuando alcanzamos a comprender una pequeñísima parte de la realidad nos damos cuenta que todo ha cambiado.
El mundo deviene, eso lo sabemos. Ya no podemos tener una imagen inmóvil del mundo. Pero hay algo que permanece. Sigue siendo nuestro hogar, nuestro primer y único hogar. Sin el cual no podríamos existir. Si no tenemos eso presente, podemos destruir nuestro hogar y acercarnos a nuestra propia aniquilación.
La relación entre el mundo y yo es la que hay entre la casa y el inquilino. La relación entre los hombres es la de los inquilinos que tienen que convivir en esa misma y única casa.
Dios
¿Y Dios? ¿dónde está Dios? ¿dónde lo hemos guardado?... Por ahí, en alguna carpeta o archivo que dice: "prohibido preguntar". O más bien: ¿Dios?, hágalo a su propio gusto. ¿Cómo lo quiere? ¿con religión o sin ella? ¿dios o diosa?... Usted elige.
Ciertamente la época actual requiere respuestas actuales. Ya la gente, para bien o para mal, ya no se contenta con respuestas impositivas o sacadas de manuales antiguos de teología... Pero recordemos una cosa, la experiencia de Dios es básicamente una experiencia. La pregunta es ¿dónde, cómo y cuándo podemos experimentar a Dios?
Nosotros experimentamos, sentimos intelectivamente (Zubiri) de diversos modos. Decimos de Dios que corresponde a una realidad invisible, espíritu absoluto, acto puro, bien total...
¿Cómo hablar de Dios en la época actual?
De las pocas certezas con las que nos encontramos es que existimos, eso lo sabemos y no creo que haya alguien lo ponga en duda. Existimos, es un hecho. Pero ¿cómo llegamos aquí? ¿quién hizo todo eso y a nosotros tan perfectamente? ¿quién colocó las estrellas en el cielo y el agua en el océano?¿quién hizo que la tierra estuviese tan cerca del sol para recibir su calor y tan lejos como para no quemarse? ¿quién equilibró el oxígeno en nuestra atmósfera para que fuese el suficiente para respirar. Ni tan poco como para morir ni mucho como para arder al encender un fósforo? ¿quién es el dueño de la casa que habitamos? Alguien tuvo que haberlo hecho inteligentísimamente o sapientísimamente.
No espero agotar las respuestas a las tres interrogantes planteadas al principio pero me gustaría dejar la inquietud abierta para poder saber y escuchar otros puntos de vista.
¿Qué tipo de vida religiosa necesita el mundo de hoy?
¿Es una respuesta acorde a nuestro tiempo eso de "la vida consagrada"?
¿Sigue siendo la religión, en particular el cristianismo, un paradigma que nos ayuda a responder aquellas tres preguntas?
¿Nos ayuda el cristianismo y la vida consagrada a la convivialidad entre los hombres y la creación?
¿ES LA FE UN CAMINO LEGÍTIMO PARA ORIENTAR LA VIDA DEL HOMBRE?
Cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará la fe sobre la tierra?
"Cada cabeza es un mundo", reza un dicho popular. Qué de verdadero, absoluto y cierto podremos encontrar en un mundo global, complejo, interdependiente y cambiante. Cuando alcanzamos a comprender una pequeñísima parte de la realidad nos damos cuenta que todo ha cambiado.
El mundo deviene, eso lo sabemos. Ya no podemos tener una imagen inmóvil del mundo. Pero hay algo que permanece. Sigue siendo nuestro hogar, nuestro primer y único hogar. Sin el cual no podríamos existir. Si no tenemos eso presente, podemos destruir nuestro hogar y acercarnos a nuestra propia aniquilación.
La relación entre el mundo y yo es la que hay entre la casa y el inquilino. La relación entre los hombres es la de los inquilinos que tienen que convivir en esa misma y única casa.
Dios
¿Y Dios? ¿dónde está Dios? ¿dónde lo hemos guardado?... Por ahí, en alguna carpeta o archivo que dice: "prohibido preguntar". O más bien: ¿Dios?, hágalo a su propio gusto. ¿Cómo lo quiere? ¿con religión o sin ella? ¿dios o diosa?... Usted elige.
Ciertamente la época actual requiere respuestas actuales. Ya la gente, para bien o para mal, ya no se contenta con respuestas impositivas o sacadas de manuales antiguos de teología... Pero recordemos una cosa, la experiencia de Dios es básicamente una experiencia. La pregunta es ¿dónde, cómo y cuándo podemos experimentar a Dios?
Nosotros experimentamos, sentimos intelectivamente (Zubiri) de diversos modos. Decimos de Dios que corresponde a una realidad invisible, espíritu absoluto, acto puro, bien total...
¿Cómo hablar de Dios en la época actual?
De las pocas certezas con las que nos encontramos es que existimos, eso lo sabemos y no creo que haya alguien lo ponga en duda. Existimos, es un hecho. Pero ¿cómo llegamos aquí? ¿quién hizo todo eso y a nosotros tan perfectamente? ¿quién colocó las estrellas en el cielo y el agua en el océano?¿quién hizo que la tierra estuviese tan cerca del sol para recibir su calor y tan lejos como para no quemarse? ¿quién equilibró el oxígeno en nuestra atmósfera para que fuese el suficiente para respirar. Ni tan poco como para morir ni mucho como para arder al encender un fósforo? ¿quién es el dueño de la casa que habitamos? Alguien tuvo que haberlo hecho inteligentísimamente o sapientísimamente.
No espero agotar las respuestas a las tres interrogantes planteadas al principio pero me gustaría dejar la inquietud abierta para poder saber y escuchar otros puntos de vista.
¿Qué tipo de vida religiosa necesita el mundo de hoy?
¿Es una respuesta acorde a nuestro tiempo eso de "la vida consagrada"?
¿Sigue siendo la religión, en particular el cristianismo, un paradigma que nos ayuda a responder aquellas tres preguntas?
¿Nos ayuda el cristianismo y la vida consagrada a la convivialidad entre los hombres y la creación?
¿ES LA FE UN CAMINO LEGÍTIMO PARA ORIENTAR LA VIDA DEL HOMBRE?
Cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará la fe sobre la tierra?
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